LA MENTE HUMANA Y LA SALUD DEL HOMBRE.-

Hoy por hoy, las personas de cualquier país del mundo creen saber más de salud y bienestar, pero lo paradójico es que están más enfermas que antes de la era de Internet. Las personas, cada día mas ignorantes por la deplorable educación escolar y universitaria, se dan a la tarea de averiguar acerca de las diferentes enfermedades y las miles de posibilidades para curarlas que les brindan las diferentes páginas de Internet. Y pues se dan a la tarea de ponerlas en práctica.

Pero miremos un ejemplo. Cuando su auto se descompone, simple, lo llevan a su mecánico de confianza o algún timador, pero recurren a los servicios de otra persona. Lo cual no niega que hay personas, tan prácticas para buscar la falla en diferentes fuentes de Internet,  y pues logran una solución. Pero el caso del humano es que su “carro” es manejado por “su mente”, y lo que más descompuesto esta es “su mente”. Por lo tanto, encontrar la solución a equilibrar su mente viene siendo equivalente a “equilibrar su vida”. Y como vemos hoy por hoy tenemos extremos. Los muy sin recursos, se alimentan mal. Guiados por los mass-media y escasos recursos, su lengua los esclaviza a lo “que les gusta”. El otro extremo es igual, solamente que los excesos de sus gustos se convierten en su fuente de enfermedad.
A lo largo de la historia hemos visto que las diversas civilizaciones han tenido semejantes polos. Y que la enfermedad siempre ha dependido de la ignorancia humana para mantener un equilibrio. Antaño se carencia de medicamentos, hoy por hoy hay “súper abundancia de medicamentos”, que son fuente enormes ganancias para las fabricantes. Las compra el pobre tanto como el rico. Pero ninguno de los estos dos grupos logra el equilibrio, pues no logran el control de sus gustos y excesos. Tanto en el grupo más pobre como el más pudiente.
El equilibrio de la alimentación, el horario para comer, el horario para dormir, para divertirse, para trabajar es totalmente “patas arriba.”
Algo importante de señalar es que hoy el tiempo que un humano pasa dentro de su vehículo es exageradamente mayor que hacer 20 años. Y ese es un factor que no tiene solución en ninguna parte del mundo. El hacinamiento de vehículos obliga a las personas a un confinamiento estúpido, con sus puntos de fuga: como pueden ser un celular, la radio.
Pero lo más curioso es que cada persona “tiene SU vehículo”, lo cual lo obliga a un encierro lleno de tensión por las cantidades de “pilotos” con los cuales compite con semáforos, buses de gran tamaño y accidentes.

El humano está perdiendo su equilibrio. Por lo tanto su enfermedad ya no es indigestión o presión alta únicamente: es desequilibrio demencial.-

Dr. Omar Estévez
14 marzo 2019.-

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