CARTAS AL CORONAVIRUS
CARTA
UNO
Querido Coronavirus.
Ya sé que vienes de una familia distinguida porque eres de la estirpe de esos ingenieros genéticos que utiliza el ordenador celular de algunas especies animales y la especie humana para replicar su programa.
Viéndolo
bien, no eres ni bueno ni malo, cumples al pie de la letra el plan que la
naturaleza te ha asignado. No tienes ahora más poder que aquel que los seres
humanos te otorguemos.
Te
mueves si nos movemos. Con la incubadora de nuestras manos te proyectas a
distancias inverosímiles para tu fragilidad química. Con nuestro retiro te
contraes.
Si
la humanidad se aquieta, tú no tienes más remedio que aquietarte.
Lo has hecho demasiado bien, y aunque pienso que te has excedido en tus funciones ocultas para despertarnos del sueño, esto es quizás porque nosotros no lo hemos sabido asumir con toda la responsabilidad del caso.
Sé
que no tienes modo de entenderlo pero, por si acaso, te lo voy a decir:
Más
allá de tu prodigiosa virulencia, has logrado despertar, con nuestra
responsabilidad, una onda de solidaridad que frenará tu expansión desordenada.
Me
atrevo a decirte también que gracias a ti el mundo no volverá a ser lo que
hasta ahora ha sido.
Conquistaremos
la fortaleza de una vulnerabilidad que nos aportará la grandeza de la humildad.
En ella y con ella nos podremos volver a dar de corazón la mano y disfrutar de
la democracia del alma.
A
lo mejor, también gracias a ti, un día reconozcamos que nacimos a una cultura
sin la contaminación de la discriminación y los combustibles fósiles.
Debilitaste los valores de la Bolsa pero has fortalecido la economía de los
valores humanos.
Que
no se me olvide, querido coronavirus - ahora casi te tengo simpatía - que
agradezco un efecto colateral mayor de tu invasión.
Fortalecer
el indispensable movimiento hacia una sanidad pública universal.
Aunque
es y seguirá siendo por unas semanas muy duro, has venido como un cincel
implacable a revelar la belleza de las gemas de la solidaridad y la compasión
que ordenan desde adentro nuestro corazón humano.
Gracias...!!!
CARTA DOS
Buenos días amigo corona virus. Cómo vamos?
Miro
con optimismo que en aquellos países por donde empezaste a deambular a través
del genoma humano, ya te
empiezas a retirar. Nos has enseñado que este no es un problema de
asiáticos, africanos, repúblicas fallidas o países tercermundistas.
Has
herido el corazón del primer mundo, para que aprendamos que el mundo todo nos
concierne a todos.
¡Vaya lección de democracia dolorosamente viva! Ya el diagnóstico no será el privilegio de las mayorías y la UCI será también el lugar donde todos sin discriminación podrán tener una oportunidad para seguir con vida.
Has tocado también la puerta del poder para enseñarnos que no es suficiente con lavarse las manos como si fuéramos Pilatos. Talvez nos estás animando a comprender las lecciones del dolor y a saber desde la vida que un corazón limpio es la mejor protección para todo tipo de corrupción.
Nos
has llevado a reflexionar en estos días de intensa soledad, para intuir que
eres parte de un programa para detener a tiempo la catástrofe mayor de la muerte
colectiva de las miles de especies que estamos destruyendo.
Ahora
tenemos la oportunidad de conmovernos y asumirlo desde ese lugar donde nos
sangra aquello que hemos hecho a la comunidad viviente. De nada nos ha servido
el poseer lo que tenemos sin tenernos y sin ser, pues esa forma de poder
externo nos ha conducido a esa indigencia del ser que se refleja en la
indiferencia...
Hoy
sabemos que la fragilidad de la economía es sólo un reflejo de
nuestra visión del mundo y nuestra forma de relacionarnos con todos los seres
que conforma esta gran cadena de la vida.
Ahora
que has hackeado el núcleo de una economía del 'sálvese quien pueda', pareces
sugerirnos Coronavirus que sólo la economía del compartir nos
llevará a realizar la humanidad que somos.
CARTA TRES
Hoy miro el cielo limpio. Brilla el sol. Se ha reducido drásticamente la emisión de gases de efecto invernadero.
Con
el calorcito de este retiro en familia empiezo a recuperar la dulce sensación
del fuego interno del amor que va consumiendo nuestro miedo. Puedo sentir que
ahora son más leves y ágiles los vuelos y más alegres los cantos de los
pájaros.
Visualizo
las hormigas arrieras con sus grandes hojas a cuestas y los escarabajos arando
y sembrando en los bosques tropicales.
En
el silencio de este retiro me aparece escuchar el murmullo de una naturaleza
nueva germinando. Como si pudiera resonar la sinfonía de un nuevo mundo en el
que todos podemos ocupar el lugar que nos corresponde para dar exactamente
nuestra propia nota.
Y
tu darás la tuya coronavirus, pues talvez se vaya atenuando tu replicación
intracelular cuando al interior del corazón humano va quedando la lección de tu
canto a trillones de voces.
Quizás
ahora hagas/tengas un lugar importante el concierto del viroma, haciendo parte
de esta superinteligencia sinfónica que un día perturbamos.
Te
pido excusas por ello y por favor llévale un mensaje al microbioma, del que quizás ya harás parte:
La
cooperación, el compartir y la solidaridad de nuestra parte serán ahora con
toda la comunidad viviente...
Qué
bichos raros nos deberíamos sentir, sólo de haber creído que eras solamente el
producto de una tenebrosa conspiración.
Siento
ahora que esto viene de una ética en la que todo está justificado por la lucha
entre contrarios, una visión que produce ese mundo perversamente dividido entre
los buenos y los malos.
Qué
solemne tontería ha sido convertir nuestro presente en un infierno para tener
derecho a un cielo incierto.
Casi
sin advertirlo fuimos construyendo, infiernos y purgatorios, sin dejar ningún
lugar aquí mismo para para la belleza de una diversidad, en la que todo es
maravilloso cuando ocupa su lugar.
Te
pido que ocupes tu lugar en el concierto de la creación que ya nosotros
dolorosamente hemos ido reconociendo el nuestro. Pensándolo bien querido amigo,
casi siento hay que eres un buenazo!!
Perdona,
admito que eres un código de inteligencia dentro de un gran propósito, pero es
que con los días de retiro voy encontrando el misterio de ese espacio-tiempo
interior donde uno rescata la inocencia.
Y con ella
la alegría...
CARTA 4
Hola Corona.
Hoy
te llamo sólo por tu nombre, porque ese apellido me va pareciendo ya demasiado
virulento.
Has
venido para quedarte. Como tantos otros virus harás parte de nuestras ondas
epidémicas, marcando con los ciclos estacionales el momento de cuidarnos
nosotros y así los unos a los otros - que no es cuidarnos de los otros.
Eso
no será un gran lío porque ya nuestro aprendizaje irá conduciendo a una
solidaridad endémica. Qué maravilla. El maestro, tú, corona microscópico, ha
sido bien pesado para todos.
En
todo caso tu lección diáfana y leve la asumimos con la humildad del aprendiz,
el alma que somos.
Trasmite,
si puedes en tu lenguaje molecular, nuestro reconocimiento a los incalculables
virus que conforman el viroma en nuestro cuerpo, pues ya hoy reconocemos que
con su programa molecular han hecho posible el ascenso de todos los reinos de
la naturaleza a nuestra vida humana.
CARTA 5
Hola Coro, y perdona la confiancita, pero con los días de retiro he ido descubriendo adentro el olvidado manantial de la ternura.
Van
pasando los días y ya el pánico que nos impedía ver más allá de la extrema
urgencia se atenúa.
Ruego para
que la sabiduría de la prudencia nos conduzca ahora a practicar las lecciones
aprendidas y no regresar a las antiguas andaduras - y bien duras que han sido.
Hoy quisiera ir más allá de la inteligencia biológica, a esos maravillosos efectos colaterales que nos ha regalado como respuesta a tu presencia esta gran pandemia de solidaridad:
Hoy quisiera ir más allá de la inteligencia biológica, a esos maravillosos efectos colaterales que nos ha regalado como respuesta a tu presencia esta gran pandemia de solidaridad:
1. En tiempo record te
pillamos, desnudamos tu estructura y supimos muy pronto quién eras
2. Descubrimos en los
receptores de la enzima convertidora de angiotensina a nivel de la célula
alveolar la cerradura que estabas empleando para abrir las puertas y hackear la
célula.
3. Generaste un efecto
catalítico a gran escala sobre la investigación, la ciencia y los mecanismos de
cooperación internacional
4. Desnudaste nuestras
debilidades estructurales fortaleciendo los sistemas de salud y el trabajo
heroico del personal sanitario.
5. Aprendimos los costos
enormes de la indiferencia, las fake news, el antiguo habito de
aplazarnos.
6. Pudimos dar un salto
quántico de la buena voluntad a la voluntad de bien,
y a ir por delante de las situaciones y no arrastrados por acontecimientos.
7. Descubrimos con el
principio de oportunidad el tiempo emergente del presente y lo inaplazable de
lo que ha de ser ahora y aquí.
8. Encontramos en occidente
que los chinos no son los malos y los europeos o americanos los buenos. Que la
democracia participativa es un asunto que concierne a todas las instituciones
mundiales
9. Avanzamos lentamente en
proceso de coordinación internacional, preparando el gran sueño de implementar
la unidad en la diversidad a través de instituciones con unidad de mando y de
acción en países y regiones. Avanzamos un poco más al ideal de una coordinación
de la política y la economía a una escala mundial respetando la realidad
puri-étnica y multicultural
10.
Empezamos
a asumir tímidamente el primer gran paso hacia el alma humana:
Nuestra
responsabilidad...
Al asumirla
fue surgiendo esa pandemia de solidaridad que despierta con
las grandes crisis lo mejor del alma humana.
CARTA SEIS - Epílogo.
Vivir...?
Vivir de verdad es otra cosa que sobrevivir.
Tu
poder no puede depender de los capitales financieros ni de las tarjetas de
crédito para hipotecar la vida. Vivir es otra cosa que respirar smog en una
gran ciudad y consagrar el tiempo para mal comer y pagar arriendo.
Vivir
no es vacunarse de todo y contra todo y pagar la factura a quienes utilizan la
sagrada ciencia para garantizar ganancias obscenas.
Las vacunas están muy bien, pueden salvar
vidas, son una conquista de la ciencia, pero tendríamos que
distinguir entre esto y la manipulación del pánico colectivo para generar un
consumo indiscriminado y masivo.
Vivir
es aceptar la vida como es para poder superarla.
Muchos
se murieron y con ellos se ha ido un poco de nosotros.
Pero
aquí estamos para asumir las lecciones.
Todas
las cosas han ido su valor real.
Los
valores de la Bolsa no son suficientes para tener salud.
El
último modelo impuesto por la moda no nos da más felicidad.
Ahora
que se quedarán por semanas congelados los abrazos y hasta los estornudos, es
tiempo de liberar lo mejor de nosotros, con la certeza de que la
responsabilidad nos guiará a ser más cuidadosos de nosotros.
Que la responsabilidad serena, el amor y la solidaridad nos implique a todos.
¡Manos a la obra...!
De
la epidemia nos quedará el aprendizaje intenso de una gran pandemia de
solidaridad...
por Jorge Carvajal
17 Marzo 2020
del Sitio Web VivirEnElPoblado
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Información enviada por CFGO